August 23, 2017
Ha pasado algún tiempo. He estado viajando.
Para las próximas entradas en este blog, voy a escribir sobre mis vacaciones en Perú y Colombia. Este entrada sirve como un introducción a mi viaje en total. Y más, como estoy seguro que has notado, esta introducción será en español. Había aventura, emoción, momentos incredibles en mi viaje, sí. Pero había más: en los carros en Lima, en el excursion a Machu Picchu, en las playas de Colombia hubo momentos de educación. Yo aprendí sobre Pachamama, y la cultura de las incas y su respeto y agradecimiento de la madre tierra. Yo aprendí sobre la iglesia de San Fransico en el centro de Lima y asistí la misa con grupos de otros peruanos. Yo aprendí cómo hacer trueque con mujeres en las calles de Cusco, querían venderme sus textiles tejidos a mano. Yo aprendí caminar por kilómetros y kilómetros y horas y horas por cuatro días en el camino de Machu Picchu en las estepas de las incas. Yo aprendí relajar en las playas de las islas Rosarios cerca de Cartagena, Colombia, con el sol en mi cara y sal en mi pelo.
Y, ahora, en mi casa en Michigan, después de las experiencias mas bonita en mi vida, puedo hablar en español mejor que nunca, he visto mas del mundo, y la viajera en mí, que nunca puede sentarse quieto es contento.
En las próximas entradas, escribiré sobre mis experiencias, aventuras, y sobre todo, las lecciones que he recopilado.
English:
It has been some time. I’ve been traveling.
For the next entries on this blog, I am going to write about my vacations in Peru and Colombia. This entry serves as an introduction to my trip in its entirety. And more, as I’m sure you have noticed, this introduction will be in Spanish. There was adventure, excitement, incredible moments on my trip, yes. But there was more: in the cars of Lima, in the hike to Machu Picchu, on the beaches of Colombia there were moments of education. I learned about Pachamama, and the culture of the incas and their respect and gratitude for mother earth. I learned about the San Fransico church in the center of Lima and took part in mass with groups of other Peruvians. I learned how to barter with women on the streets of Cusco who sold me hand woven textiles. I learned how to walk kilometers and kilometers and hours and hours for 4 days on the way to Machu Picchu on the steps of the Incas. I learned how to relax on the beach of the Rosario Islands near Cartagena, Colombia, with the sun in my face and salt in my hair.
And now, in my house in Michigan, after one of the most beautiful experiences in mi life, I am able to speak Spanish better than I ever could, I have seen the world, and the traveler in me who could never sit still is content.
In the next entries, I will write about my experiences, adventures, and most importantly, the lessons I have gathered.
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